Los perros son compañeros fieles y están al lado de su dueño en las buenas y en las malas. Cuando el humano se mueve hacia la cocina, ingresa al cuarto e, incluso, va al baño, la mascota siempre está dispuesta a seguirlo y esperarlo, ¿te ha pasado? Si la respuesta es afirmativa, de seguro te preguntas a qué se debe esta peculiar acción.
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Los servicios higiénicos simbolizan un lugar de privacidad absoluta; sin embargo, si se tiene cachorros o canes adultos, esto no siempre es así, pues al abrir la puerta uno se topa con una carita tierna mirándote fijamente.
Cuál es la razón de su comportamiento
Ellos tienen arraigado en su cerebro la tendencia de estar cerca a otro individuo de su grupo social, en este caso, su dueño o la persona de la casa con la que se sienten más a gusto.
Sin embargo, también hay casos en los cuales los perros tienen una excelente relación y un gran vínculo afectivo con su compañero humano, pero no están a su lado incluso en el baño, entonces, ¿cuál es la verdad?
Las mascotas son animales acostumbrados a vivir en grupo, muy protectores y al acompañarte al baño lo único que buscan es protegerte o también puede ser una señal de que tengan curiosidad, hambre o quieran dar un paseo, pero si la conducta es compulsiva, ya es un tema de dependencia, falta de autonomía y maduración.
“Estos animales que nos siguen tanto no han terminado de madurar lo suficiente, porque no saben tomar sus propias decisiones ni tienen la suficiente autonomía para ocuparse de ellas. Son canes que no están en contacto con sus propias necesidades y nos acompañan en las nuestras. Son gregarios y cooperativos. Necesitan del grupo”, explicó Montse Godia, coach y responsable del proyecto CoopGos a ‘La Vanguardia’.
¿Qué hacer?
Ellos no tiene la conciencia para saber que el baño es un lugar privado y simplemente es un espacio más del hogar hasta donde te pueden seguir. En este caso lo mejor es cerrar la puerta, lo que hará que se retire hacia su lugar habitual de descanso al ver que no puede ingresar.
Sin embargo, también puede desencadenar un cuadro de estrés y ansiedad por no tener acceso al baño y eso lo notarás si se queda tras la puerta llorando, rascando o ladrando. Este problema de comportamiento solo es señal de un excesivo apego generado con su humano, según detallan desde ‘Experto animal’.
A esto se le conoce como hiperapego y es vital tratarlo para devolverle al animal su estabilidad emocional, para esto se puede recurrir a un educador o etólogo canino.