Existe una patología asociada a la alimentación llamada síndrome del atracón, el cual consiste en un impulso irrefrenable de comer, ingiriendo una gran cantidad de comida en poco tiempo, generalmente luego de dos horas.
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Tras ello, la persona afectada siente culpa y desánimo; a diferencia de la bulimia, no realiza estrategias compensatorias inadecuadas, como la incitación al vómito, los laxantes, o el ejercicio exagerado.
Otra diferencia con la bulimia es que ésta suele presentarse en mujeres, mientras el atracón puede presentarse tanto en hombres como en mujeres.
El atracón no es comer compulsivamente por hambre acumulado, sino que está provocado por cuadros de ansiedad. Por ello es un problema psicológico y como tal debe tratarse.
El atracón inclusive se presenta sin tener hambre; es muy importante no solo identificar este problema en algún miembro de la familia, sino que dar el soporte adecuado como la vigilancia, tratamientos sobre la conducta con un psicólogo y terapias de reeducación alimentaria con el profesional adecuado.
Cada vez lo vemos con mayor frecuencia en adolescentes.
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