La psoriasis es una enfermedad común que afecta a casi 600 mil personas en nuestro país. Se caracteriza por la aparición de pápulas eritematoescamosas y placas recubiertas por gruesas escamas. Su localización puede variar entre pocas lesiones aisladas y placas generalizadas por toda la piel.
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El comienzo puede ocurrir a cualquier edad y en un 40 % de los casos existe una tendencia familiar. La enfermedad es crónica y autoinmune, persiste de por vida con periodos de brotes de exacerbaciones y remisiones, y una cierta tendencia a mejorar en verano.
La causa de su aparición no está clara, pero se sabe que su principal defecto consiste en la aceleración del ciclo de vida de las células de la epidermis, provocando que se acumulen en la superficie en forma de placas.
No se trata de una infección o de una alergia, sino que constituye un trastorno familiar. Sin embargo, su desarrollo o gravedad puede encontrarse influido por circunstancias tales como infecciones o trastornos emocionales.
Debe sospecharse de esta enfermedad ante una dermatitis crónica en codos, rodillas y cuero cabelludo. Aunque la psoriasis no se cura, hay cremas y lociones específicas que ayudan a mantener la piel hidratada, reducir la inflamación y controlar los brotes.
