Más que un placer, la música puede convertirse en una poderosa aliada para la salud mental y el equilibrio emocional. Foto: Istock.
Más que un placer, la música puede convertirse en una poderosa aliada para la salud mental y el equilibrio emocional. Foto: Istock.

Tenemos a la mano una excelente herramienta para disminuir los niveles de estrés y encontrar motivación siempre que la necesitemos: la música. Es gratuita y accesible; podemos escucharla en la radio o descargarla en nuestros teléfonos para acompañar, por ejemplo, una mañana deportiva.

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Durante una caminata, seleccionemos unas diez de nuestras canciones favoritas, aquellas que eleven el ánimo, nos entretengan y sirvan de compañía durante el ejercicio. Recordemos, además, que el hemisferio derecho del cerebro se activa con el arte —la música, la danza, la pintura—, a diferencia del izquierdo, que se asocia más con la lógica, el cálculo y la matemática. Así logramos un equilibrio que permite darle un merecido descanso al cerebro lógico después de horas de trabajo o estudio.

El uso de la música tiene una larga historia: antiguas civilizaciones ya la empleaban para alcanzar la paz interior y la conexión espiritual mediante la meditación. Se reunían en grandes grupos para tocar instrumentos de viento o percusión, o practicar el canto, emitiendo sonidos inspirados en la naturaleza.

El poder de la música en tu salud mental y física. Foto: Istock.
El poder de la música en tu salud mental y física. Foto: Istock.

Anímense a salir a caminar o realizar estiramientos acompañados de las canciones que más les gusten. Así podrán crear un hábito que, con el tiempo, tendrá un impacto positivo en su salud. Niños y adultos pueden experimentar los beneficios de la musicoterapia, una herramienta eficaz para mantener las emociones y la actitud positivas frente a la adversidad y el estrés cotidiano.

La música es recomendada por especialistas como pediatras, neurólogos, rehabilitadores y psiquiatras. Podemos hacer la prueba cualquier día de la semana, especialmente cuando tengamos jornadas difíciles: activemos las melodías que más nos gusten y sentiremos la diferencia al final del día.

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