El mal de amores sí existe y no nos referimos a los efectos emocionales de un ‘corazón roto’: tristeza y llanto. Un estudio del Journal of Neurophysiology reveló que los problemas sentimentales son capaces de producir también síntomas físicos.
CANSANCIO. Es uno de los efectos más claros, porque el cuerpo y la mente interactúan de forma constante tras una ruptura, y esto consume energías.
DOLOR TORÁCICO. Un intenso dolor emocional activa los nervios que producen el famoso punzón en el pecho y dificultad para respirar.
TRASTORNOS EN LA PIEL. El estrés deriva en acné, psoriasis (inflamación y descamación) y sarpullido.
PROBLEMAS MUSCULARES. Cuando una persona está en etapa de desencanto, siente opresión en las extremidades inferiores.
MALESTAR ESTOMACAL. Otra vez la depresión hace que la acidez, ardor y reflujo perturben la buena digestión.
¿QUÉ HACER? Si acabas de concluir una relación, analiza tus sentimientos y exprésalos. Mantente ocupada, piensa en ti. Practica actividades que te gusten mucho y en caso de que se te complique cerrar el capítulo, solicita ayuda psicológica.