El dolor por un divorcio es intenso y difícil también para los hombres, pero mientras unos buscan consuelo en el consumo de alcohol, salen a fiestas y mantienen relaciones sexuales sin amor, otros toman caminos distintos para curar las heridas.
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Sea una separación civilizada o una dramática, diferentes estudios revelan que la separación o el divorcio generan en los hombres una sensación de orfandad.
Esto porque para ellos también se rompe la rutina que tenían antes en el núcleo familiar y sufren más estados de depresión, incluso que las mujeres, toda vez que ellos son los que generalmente se retiran de la casa.
Pero esta es la generalidad, sabemos que cada caso es un mundo distinto. El tema es que tras la disolución del matrimonio, muchos hombres, después de haber asumido su condición de solteros, reparan en la necesidad de una transformación que puede ser mental, de estilo de vida, en el arreglo personal y hasta en los físico y corporal.
¿Qué hay detrás de elevar la autoestima?
Psicólogos atribuyen este cambio al deseo de elevar la autoestima. Diferentes estudios afirman que el deporte aumenta nuestra autoestima, así que el ejercicio físico es como un camino saludable para ocupar las horas libres y sentirnos mejor.
En esto salimos ganando, pero debemos saber qué perfiles de personalidad podrían tender a buscar este tipo de transformación física tras una separación.
Lora Park, profesora de Psicología de la Universidad de Buffalo, investigó la autoestima y en qué medida esta se basa en el físico y el estado de la relación sentimental de una persona.
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‘Cuerpo de la venganza’
Su investigación sugiere que “‘mostrar un alto grado de sensibilidad al rechazo basado en el físico’ y la excesiva dependencia de otra persona para validar la autoestima pueden influir en nuestra motivación para conseguir un ‘cuerpo de venganza’ (esto implica trabajar para obtener el cuerpo más sexy y mostrarle al ex de lo que se perdió).
Las personas con estas vulnerabilidades “son las que más motivadas están para reparar el daño a su autoestima después de una amenaza”.
El caso de Mark Vito Villanella, exesposo de Keiko Fujimori, llama la atención por su alcance mediático. Sin embargo, este comportamiento se encuentra dentro de la dinámica habitual de los separados.
Según los especialistas, es común que, a partir de los 45 años, el hombre separado viva una segunda explosión sexual en la que busca sentirse vivo, ansioso de nuevas experiencias, como un adolescente, y estar bien físicamente al ojo del sexo opuesto.
Como lo indica Lora Park, eso no es extraño, lo importante es saber realmente cuáles son las motivaciones, es decir, qué mueve a la persona a gestionar la ruptura yendo al gimnasio para ponerse en forma.
Un cuerpo esculpido por despecho pueda que sea el primer paso para adoptar nuevos hábitos saludables. Lo fundamental es que al final entiendas que el cambio físico será por ti y por nadie más.
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