Ladrar es normal en los perros y hasta deseable (si nos avisan de extraños que merodean por nuestra casa), pero si ello es excesivo y perturba a la familia y al vecindario es hora de terminar con esa costumbre molesta de ladrar sin parar.
Algunos perros ladran por miedo o por ser muy territoriales. Si los dejamos cerca de la calle y vereda, o detrás de las rejas, desde donde ve pasar a extraños (personas y otros canes), ladrarán mucho. Así que es mejor no dejarlos allí, sino dentro de la casa.
Otros perros ladran excesivamente por aburrimiento, soledad o ansiedad. Ante ello lo mejor es dejarles juguetes al alcance y permitirles vivir al interior del domicilio.
Ante los ladridos en exceso debe educar a su mascota. Nunca le cierre la boca por la fuerza ni le pegue cuando ladra en demasía, pero tampoco lo acaricie o alimente cuando ladra, porque si lo hace el perro pensará que usted premia sus ladridos.
Debe enseñar a su perro la palabra ‘silencio’ o ‘no’ y puede hacerlo con un rociador lleno de agua con jugo de limón.
Cuándo su perro ladre y no deba hacerlo, rocíele la boca y diga ‘silencio’ o ‘no’ con voz fuerte.
El sabor será una respuesta negativa a ladrar y aprenderá a dejar de hacerlo para evitarlo. Este método se debe usar a los 2-3 segundos de ladrar o no tendrá efecto.
SABÍAS QUE...
Los perros siempre quieren complacer a sus dueños y aprenderán a hacerlo cuando sean recompensados al guardar silencio. Solo si está callado dele acaricias, unas galletitas o préstele más atención.
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