Cuando los perros salen a la calle, corren para oler todo lo que está a su alcance y hacer sus necesidades. Como si se tratara de una regla, también suelen comer el pasto de su entorno. Con el tiempo ha crecido el mito de que lo hacen ‘para limpiarse’, ¿pero es esto realmente cierto?
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La realidad es que la mayoría de los perros, en especial los más jóvenes, lo hace de manera natural y no suele ser motivo de preocupación. Existen diferentes razones detrás de este comportamiento, indican los veterinarios, y entre las más destacadas están:
- Fibra y nutrientes. El pasto puede aportar fibra y favorecer la digestión de los perros.
- Hábito o placer. A algunas mascotas simplemente les gusta el sabor y la textura del pasto, y lo consideran una especie de ‘ensalada’.
- Estrés o aburrimiento. Algunos perros lo comen por aburrimiento o para liberar energía contenida.
Procura pasear a tu perro en lugares donde el pasto esté libre de químicos o pesticidas, así evitarás que ingiera algo que pueda hacerle daño. Foto: Istock
Lo ideal es que los dueños estén atentos si es que este comportamiento se vuelve excesivo, si el can vomita luego de comer pasto o si aparecen síntomas como diarrea o pérdida de apetito.
Al ser una acción normal, no se recomienda castigar o reprimir a la mascota. También se puede colocar una maceta con césped en el hogar para brindar mayor tranquilidad. Todo esto debe ir de la mano con las visitas periódicas al veterinario.
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