¿Te encargas de una parte de los gastos de tus hijos, aunque afecte tu presupuesto? ¿corres a solucionar todos sus problemas?, ¿le todo el tiempo, pese a que sabes que despilfarra el suyo en compras innecesarias?, ¿te pide plata de manera insistente humillándote y restregándote de que no lo quieres y terminas cediendo para evitar un problema mayor?

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Si tus respuestas son afirmativas, déjame decirte que estás haciendo muy mal y que es necesario establecer límites con ese hijo para evitar un clima de dependencia.

Es comprensible echarle una mano a un hijo cuando se está pasando por un mal momento, pero cuando esto se hace repetitivo hay que ponerle un alto porque este hijo, que ya es un hombre, pensará que estás obligado a ayudarlo todo el tiempo y tu vida será un tormento.

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Recuerda que no está mal decir no a sus exigencias. Eso no te hace un mal padre o madre, al contrario, estás fijando límites. Actúa con firmeza y por ningún motivo cedas al chantaje emocional.

“Los hijos adultos problemáticos suelen ser maestros manipuladores de sus padres frustrados y desesperados. Saben qué comentarios dolorosos e incitantes de culpa decirle a sus padres vulnerables y emocionalmente exhaustos, como: ‘bueno, está bien, si no vas a ayudarme entonces terminaré en las calles y moriré’, o ‘no haces más que decirme que consiga un trabajo, deja de presionarme o me suicidaré’. Tristemente, esa culpa, que en la mayoría de los casos no está justificada, hace a los padres vulnerables a las manipulaciones de estos hijos”, indica el psicólogo Jeffrey Bernstein, de .

Foto: ¡Stock
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El experto recomienda mantener la calma si tu hijo usa la manipulación para que cedas a sus pedidos y poner límites de tiempo al ayudarlo a resolver una crisis. Alentarlo para que resuelva sus problemas dándole a él la capacidad de encontrar una salida.

Si te pide dinero no tienes porqué dárselo en ese momento. Tómate tu tiempo. Puedes decirle “tengo que pensarlo (o hablarlo con tu padre o madre) y te contesto mañana”. “Esto te dará tiempo de considerarlo y te brindará la oportunidad de hablarlo antes de decidir. También mostrará que tienes las cosas bajo control y que hay un frente unido”, indica el experto.

Recuerda que siempre tienes derecho a decir “cambié de opinión” sobre una promesa previa”. Prepárate para recibir el rechazo de tu hijo. Probablemente recapacitará después.

En caso de que no cambie de actitud y continúe atormentándote, pasa la página y deja que tu hijo haga su vida sin que tengas que auxiliarlo a cada rato.

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