Los límites solo existen en la mente, eso se repite a diario Francisco Obregón Flores (52), un hombre que perdió la movilidad de sus piernas a causa de la polio, pero que nunca se dejó doblegar. Pese a ser una , con esfuerzo logró estudiar, trabajar e incluso maneja su propia moto, con la que se traslada desde su casa en San Martín de Porres hasta su centro de labores en el .

Con esfuerzo logró terminar una carrera técnica sobre informática, hoy es trabajador administrativo de la Municipalidad de Lima. Pero sus ganas de superación continúan, pues está estudiando la carrera de psicología con el sueño de poder ayudar a otras personas con discapacidad a que nunca se den por vencidas y se esfuercen por alcanzar sus sueños.  

Tener su propio medio de transporte no fue fácil para Francisco, tuvo que mandar a adecuar una moto lineal en un vehículo de tres ruedas y aprender a controlar los frenos y acelerador desde el timón. Le cuenta a Trome como supera los obstáculos cada día.   

¿Cuándo empieza la discapacidad?
Sufrí de polio cuando tuve un año de edad, eso hizo que mis piernas crecieran débiles. Con mucha rehabilitación, empecé a caminar a los 7 años con soportes ortopédicos.

No pudo jugar como los otros niños.
Salía a jugar, pero nada que exigiera desplazamientos, como fútbol o correr.

¿Cuándo empieza a usar silla de ruedas?
Cuando por complicaciones en mi pierna derecha, los doctores tuvieron que amputarla. Además, mi pierna izquierda se debilitó aún más y tuve que usar la silla de ruedas para desplazarme.

¿Antes de ese episodio viajaba en transporte público?
Sí, subía a los micros y caminaba con una leve cojera, pero ya con la silla de ruedas todo fue más complicado, solo tomaba taxi y eso me salía caro.

¿Cómo se le ocurrió lo de la moto?
Primero pensé en comprar un carro, pero era muy complicado el tema de los trámites y costos, así que investigué y decidí comprar una moto lineal y la mandé a adaptar a mis necesidades.

¿Cómo funciona?
Es una moto eléctrica, tiene el control de velocidad y freno en el timón; además, recargo la batería como si fuera un celular, la conecto a la corriente por cuatro horas y listo.

¿Tiene licencia?
Como no tiene motor, no es considerado un vehículo con placa ni licencia, apenas llega a los 40 kilómetros por hora. Digamos que es una silla de ruedas en forma de moto.

¿Ha sufrido algún accidente?
Sí, me han chocado. Lo bueno es que como voy a baja velocidad, puedo maniobrar y he evitado que los accidentes pasen a mayores.

Pero usted tiene una vida casi normal, con un trabajo, transporte propio...
Sí, luego de tocar muchas puertas logré encontrar un empleo en el área administrativa de la Municipalidad de Lima.

¿Fue tan difícil encontrar empleo?
Estuve varios años sin trabajo, me mantenía dando clases particulares de lenguaje e historia en mi casa. No es fácil conseguirlo cuando eres una persona con discapacidad, por más preparación superior que tengas.

¿Qué estudió?
Estudié Informática Técnica en la Universidad Nacional de Ingeniería, incluso me sigo preparando. Ahora sigo la carrera de Psicología en la Universidad de Huánuco, en la modalidad semipresencial. Espero ser una inspiración para otras personas con discapacidad.

Es duro, pero siempre se puede, ¿no?
Cuando se quiere salir adelante no hay obstáculo que te detenga, ni la discapacidad.

¿A qué se dedica en sus tiempos libres?
Me gusta leer y participar en bicicleteadas, voy con mi motito.

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