Durante años se ha escuchado la frase ‘perro que ladra no muerde’ y en muchos casos, lo hemos creído así. Sin embargo, se trata de un mito.
Sí puede morder después de varios ladridos, cuando se siente amenazado porque un extraño invadió su territorio o el dueño no le enseñó a ser sociable.
Para el entrenador de perros Ronald Custodio, de Mastercan.net, el ladrido es una señal de alerta que emite el animal cuando percibe un sonido inusual (si entra un ladrón a la casa) o mucho ruido a la vez (la bulla en la calle), que altera su equilibrio.
“Si él no logra disuadir y eliminar el sonido ladrando, dirigirá sus orejas hacia atrás, pondrá la mirada firme, mostrará los dientes y usará la mandíbula, su única herramienta de defensa. Siempre avisa antes de atacar”, alerta.
NEGLIGENCIA
El comportamiento de la gente también tiene mucho que ver. No está bien acariciar a un perro ajeno porque jamás se sabrá cómo reaccionará. Este consejo va especialmente a los padres. Hay razas desconfiadas que no saben si el niño que se les aproxima le hará cariño o agredirá.
“Son perros que necesitan adiestramiento desde cachorros y derriban el mito: perro que ladra no muerde”, indica.
Sabías que:
* Cuando tocan el timbre de la casa o pasa un carro, los perros ladran porque ‘creen’ que eliminarán la bulla. Luego vuelven a la tranquilidad y no muerden.
* Un can que está distraído o tiene la mirada perdida, puede atacar si es sorprendido de manera brusca.
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