Enamorarse de una persona es un fenómeno que siempre se asocia con el corazón, cuando en realidad se trata de un proceso que se da en el cerebro.
Es allí donde se liberan sustancias químicas, que permiten que todo el cuerpo responda al llamado del amor. Según Max Lazo, médico urólogo y andrólogo, cada una de estas hormonas cumplen una función.
Los estrógenos son los responsables del rubor en las mejillas, la luliberina promueve el apego, la serotonina mejora el ánimo, la oxitocina estimula el deseo de protección, la endorfina permite sentir felicidad y la vasopresina disminuye el instinto sexual y da paso al sentido de responsabilidad.
“Todo comienza a partir de una atracción. Se activan 12 áreas del cerebro, aunque es el corazón el que se acelera”, detalla.
FACTOR TIEMPO
Con los meses y años hay hormonas que se mantienen en el organismo como la luliberina y oxitocina, mientras que la serotonina y endorfina necesitan de un esfuerzo de la pareja (salir de la rutina y cuidar los detalles) para que se sigan produciendo.
SABÍAS QUE... No todos los amores son iguales. Según investigaciones, hay atracciones que no logran activar todas las áreas del cerebro.