La historia de Carlos Felipa Córdova (35) es inspiradora de principio a fin. Él fue un agente policial de las fuerzas especiales antiterroristas que hace siete años perdió la pierna izquierda durante una incursión en el VRAEM (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro).
Pese a lo ocurrido, este vecino de Chorrillos supo reponerse y convertirse en un destacado atleta paralímpico que ha dejado bien en alto el nombre del Perú en competencias internacionales.
¿Cuándo cambia tu vida de ser un militar a deportista?
Cuando perdí mi pierna en una emboscada terrorista en el Vraem.
Fue un momento terrible, ¿aún lo recuerdas?
Claro. Estaba con mi comando en la selva, caminando, cuando ocurrió la explosión. Tuvimos que esperar diez horas para que nos rescataran.
¿En qué pensabas o sentías en ese momento?
No sentí miedo, pero pensaba en lo triste que se pondría mi familia al enterarse de lo sucedido.
¿Te fue difícil superar el hecho de perder la pierna?
Cuando estuve en el hospital renegaba de todo. Luego entendí que tenía que derribar obstáculos y seguir adelante. Y decidí reinventar mi vida.
Eres un sobreviviente...
Sí, mi corazón y espíritu se fortalecieron por mi familia y mis tres hijos. Ellos han sido vitales para esta nueva vida.
¿Cómo te reinventaste?
Haciendo lo mismo que hacía antes. Volví a subir cerros, hacer paracaidismo, nadar, era el mismo solo me faltaba un pedazo de pierna.
¿Cómo tomaron tus hijos ese cambio en ti?
Mi hija mayor, que tiene 14 años, ni lo nota porque me esfuerzo por ser un padre tradicional para ella.
¿A qué te refieres?
Salgo a correr con ella, salimos de paseo, de compras, jugamos... Incluso concursamos en las actividades deportivas de su colegio y ganamos.
El espíritu desportista siempre lo has tenido...
Sí, porque además del entrenamiento militar yo he practicado judo y taekwondo. Pero el atletismo me ha permitido trascender.
¿Hasta dónde has llegado con este deporte?
He participado en varios campeonatos nacionales e internacionales, pero mis mayores logros son haber ido a los Paralímpicos de Corea y estar en las olimpiadas de Toronto y de Río de Janeiro.
¿Hay más deportistas paralímpicos como tú?
Sí, como yo era el único deportista en mi condición que entrenaba aquí en la Escuela Militar, mi entrenador y yo decidimos invitar a más chicos y a militares en retiro a entrenar. Así hemos formado un grupo de deportistas que participamos en el Inka Challenge (carrera de obstáculos).
¿Recibes apoyo de la Federación Peruana de Atletismo?
No como debería. Pero cuento con el apoyo de marcas como Reebok, que me auspicia.
¿Cuántas prótesis tienes?
Dos, una para correr y otra para caminar.
¿Cómo las conseguiste?
Son de carbono y las conseguí gracias al esfuerzo de mi esposa, que las mandó a traer de Estados Unidos.
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