
“Mi perro se rasca la oreja desde chico, doctor… ya es parte de él”. ¿Cuántas veces hemos escuchado eso? Lo que parece una costumbre, puede ser una señal de alerta: la otitis es una inflamación del oído que puede doler, picar, infectarse y afectar la calidad de vida de tu mascota.
¿Las causas? Humedad acumulada, alergia, objetos extraños, exceso de cera, ácaros, bacterias o genética. Hay razas que tienen orejas largas o cerradas, ventilan mal el oído y están más expuestas.
¿Cómo lo notas? Sacudidas constantes, mal olor, secreción, enrojecimiento o tu perro inclina la cabeza hacia un lado.

¿Y cómo se trata? Con diagnóstico: no todas las otitis son iguales, es clave revisar el oído por dentro y hacer una citología. Luego, según la causa, se indicarán gotas, antibióticos, antifúngicos o limpieza profesional. No hay que dejarlo pasar, una otitis mal cuidada puede volverse crónica o requerir cirugía.










