y Año Nuevo son ocasiones en que los cohetones y otros pirotécnicos provocan que nuestras mascotas sufran cuadros de estrés y ataques de pánico, debido a la gran capacidad para escuchar de sus sistemas auditivos. Si Navidad y Año Nuevo son para pasarle bien, las mascotas la pasan fatal y eso lo podemos evitar.

Gemidos, salivación excesiva, taquicardia, temblores y esconderse son síntomas del temor que sienten ante las explosiones.

Por eso, los especialistas en conducta animal aconsejan que los amos ubiquen a sus mascotas en ambientes en que se reduzca la intensidad de los ruidos y que, de ser posible, acompañen a sus perros y gatos.

Lo recomendable es actuar con naturalidad, es decir, evitar abrazar o engreír más de la cuenta a nuestros animalitos mientras suenen los pirotécnicos, porque eso generará más estrés en ellos.

Existen calmantes, pero ellos solo deben ser prescritos por médicos veterinarios en dosis precisas, según edad y peso de la mascota. Nunca hay que medicarlo o darle un fármaco porque alguien nos lo recomendó.

Algunos aconsejan colocar algodones en las orejas de perros y gatos, si ellos lo aceptan.

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