En Navidad, todos queremos alegrar a los niños de la casa con obsequios, aunque regalar no siempre es bueno.
Y es que el exceso de regalos puede fomentar que con el tiempo se desarrolle el llamado ‘síndrome del niño hiperregalado’, en que nuestros hijos solo piensan en recibir algo y se vuelven caprichosos, egoístas y consumistas.
Sobre ello, el psicólogo Guillermo Sánchez refiere que un ‘niño hiperregalado’ recibe todo o casi todo lo que pide y, ante tantos presentes, acaba por perder la ilusión al apenas quitar la envoltura de los regalos que, además, no aprecia realmente.
Tenemos así a niños que abren regalos, uno tras otro, y luego los abandonan uno a uno.
Un consejo del especialista es explicar al menor que todo regalo, aunque no sea el esperado, debe ser bien recibido porque lo que importa es la intención.
Además, al no tener todo lo que pidió, el niño aprenderá a tolerar la frustración que a lo largo de su juventud y vida adulta afrontará ante cosas y objetivos que no alcanzará.
Los niños deben conocer que en la vida no se puede tener todo y que lo importante de cumpleaños, navidades y fiestas es la unión familiar, no los regalos recibidos.
Sabías qué...
Algunos padres buscan compensar con regalos en Navidad a la falta de tiempo otorgado a sus hijos en el año.