El Congreso revisa la ley seca en elecciones, y debate si eliminarla o no para los comicios presidenciales de 2026. Mientras esto sigue su curso hasta nuevo aviso, nos adentramos en la historia para conocer el origen de esta medida.
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La ley seca no comenzó aquí, sino en Canadá. Sin embargo, la prohibición más sonada fue la de Estados Unidos y la motivación era otra.
Se trataba del deseo noble de mejorar la sociedad estadounidense. Se culpaba al alcohol de todos los males: los hombres se gastaban su sueldo en licor en lugar de atender a sus familias, provocaba delitos y violencia dentro y fuera del hogar, y los dueños de las fábricas creían que el licor hacía a los trabajadores menos productivos.
Es así que a finales del siglo XIX, damas conservadoras, del Movimiento de Mujeres Cristianas por la Templanza, comenzaron a protestar en locales llamados saloon, y bares clandestinos, para que cerraran sus puertas.
Lideradas por la activista Carrie Nation y con hachas en mano, ingresaban a estos antros y destruían todo. Pedían a los legisladores aprobar una ley antialcoholismo.
La ley seca en Estados Unidos entró en vigor en 1920, tras la ratificación de la 18.ª enmienda constitucional un año antes. Prohibía la fabricación, venta y transporte de bebidas alcohólicas y duró hasta 1933, cuando fue derogada por la 21.ª enmienda constitucional. La prohibición duró catorce años y provocó un auge del crimen organizado y bandas de gánsteres dedicadas al negocio ilegal del licor.
La prohibición del licor en estados unidos provocó un incremento de la mafia y los crímenes. Foto: Andina
DATITO
En nuestro país, la ley seca es una prohibición temporal del alcohol impuesta durante el período electoral. En el siglo XIX y gran parte del XX, las elecciones se desarrollaban en medio del desorden. Y el licor era parte inherente de las contiendas electorales en ese entonces. Incluso se utilizaba la frase ‘pisco y butifarra’ como mecanismo del clientelaje político para motivar a los pobladores a votar por un candidato o una agrupación política. Antes a los votantes se les agasajaba dándoles pisco y butifarra.
