
En julio, mes patrio, recordamos que además de ser cuna de grandes civilizaciones precolombinas, el Perú ha aportado al idioma español una serie de términos que hoy integran el léxico español y hasta han sido incorporados en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) como peruanismos.
El término ‘peruanismo’ fue acuñado por el escritor Juan de Arona, seudónimo de Pedro Paz Soldán y Unanue (1839-1895), quien redactó y actualizó hasta su muerte su ‘Diccionario de peruanismos’, libro cuya primera edición data de 1882.
Entre los peruanismos muy usados en la actualidad tenemos a bamba (falso o engaño), cachaco (militar o persona con aires de superioridad), kion (jengibre), envarado (persona que tiene valimiento o influencia con una autoridad), asado (muy molesto), ayayero (adulador), chamba (trabajo) y trome (persona competente en una actividad).
Otros peruanismos muy conocidos son cachina (lugar donde se venden objetos usados o de segunda mano), roche (vergüenza o bochorno) y chancón (estudiante, que prepara mucho sus lecciones y se distingue más por la aplicación que por el talento).

También tenemos expresiones muy peruanas como ‘al toque”, que quiere decir rápido o al instante.
Los peruanismos cambian con el tiempo: si dejan de usarse, salen del diccionario, mientras otros nuevos toman su lugar.
DATITO:
Algunas palabras quechuas, del antiguo Perú, se han incorporado a nuestro idioma por su uso masivo, entre ellas cancha (quechua: kancha), lugar abierto, terreno deportivo o espacio libre; chullo (ch’ullu), gorro de lana con orejeras; yapa (yapa), algo extra que se da o se recibe; guagua (wawa), niño de pecho o pan dulce con forma de niño; taita (taita), padre; pucho (puchu), cigarro o cigarrillo; palta (pallta), aguacate; y ojota (usuta), sandalia rústica.










