
Quizá uno de los personajes más famosos de la mitología griega sea Heracles (Hércules para la mitología romana). Es la personificación de la fuerza, de la que ya hizo gala siendo niño, pero que en la edad adulta, en un momento de locura, cometió terribles crímenes, siéndole impuestas una serie de pruebas para que pudiera expiarlos (borrar las culpas).
Las doce pruebas que son conocidas como los trabajos de Hércules fueron las siguientes: matar al león de Nemea, una fiera de piel durísima que aterrorizaba a los habitantes de aquel lugar; matar a la hidra de Lerna, un monstruo de múltiples cabezas; capturar la cierva de Cerinia, que tenía los cuernos de oro; atrapar al jabalí de Emiranto, que hacía grandes estragos en esa región; limpiar los establos de Augias, que no habían sido limpiados en años; abatir las aves del Estínfalo, que eran devoradoras de hombres; capturar al toro de Creta, que destruía todos los huertos de la isla; apoderarse de las yeguas del guerrero Diómedes; apropiarse del cinturón de Hipólita, reina de las amazonas; transportar los bueyes de Gerión sin pedirlos ni pagarlos; robar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides; y derrotar al Cerbero, un perro de tres cabezas.

Hércules superó todas las pruebas y fue admitido en el Olimpo de los dioses, pasando a personificar la dedicación y el sacrificio por el bien público.
DATITO
Los doce trabajos de Hércules (Heracles para la mitología griega) se los mandó el rey Euristeo como castigo por haber matado a su familia en un ataque de locura causado por la diosa Hera. Tras consultar al Oráculo de Delfos, Hércules se puso al servicio de Euristeo para expiar sus crímenes y así obtener la redención y la inmortalidad.










