Una misma pasión une a tres mujeres de Lima Este, se trata del amor por la gastronomía peruana. A esto se suma sus ganas de sacar adelante a sus familias y su afán de mantener vivas las tradiciones culinarias de nuestro país. Estamos hablando de Epifanía Aparicio (Ate), María Jesús Cortina (San Juan de Lurigancho) y Mileidi Villacorta (Ate). Ellas cada fin de semana se levantan muy tempranito para preparar sus potajes y venderlos en la plazuela Las Limeñitas (detrás del Museo Convento Santo Domingo, Centro de Lima). En esta semana que se celebra el Día de la Mujer, Trome habló con ellas para conocer más de su historia de lucha y perseverancia.
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UN EJEMPLO A SEGUIR
Epifanía Aparicio nació en Huánuco, pero luego se fue a vivir a Tingo María. Allá aprendió a preparar la comida típica de la selva gracias a su vecina. Uno de los platos que ‘raya’ en su puestito de la feria gastronómica es el tacacho con cecina, aunque no se quedan atrás su juane de gallina, pescado a la parrilla y chaufa con cecina. “Estoy en esta feria hace ocho años, este trabajo me ayudó a sacar adelante a mis cinco hijos y también a demostrarme que puedo hacer todo lo que me proponga”, cuenta con entusiasmo esta mamita guerrera.
Al inicio de la pandemia, regresó a su pueblo y ahí sembró maíz y frejol. Eso le ayudó a solventar sus gastos, pero luego regresó a Lima y retomó la venta de comida.
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LUCHADORA
“El sabor y textura de este postre es como el suspiro de la mujer limeña”, así nos dice María Jesús Cortina, una mujer emprendedora que desde hace diez años ofrece uno de los postres bandera de nuestro país: el suspiro a la limeña. “Mi madre preparaba diferentes postres, como los buñuelos, ranfañote, mazamorras… los tradicionales de Lima. Yo quedé maravillada con el suspiro a la limeña, tanto que empecé a investigar más sobre él, quería saber cómo surgió y también mejorar su sabor”, expresa con alegría esta pujante emprendedora, que también ofrece crema volteada, leche asada y chocotejas de pecanas.
MAMITA TRABAJADORA
El rico aroma nos llevó hasta el puesto de Mileidi Villacorta, quien prepara la tradicional y contundente carapulcra y sopa seca. “Mi mamá es cocinera de comida criolla, ella me enseñó y me compartió sus secretitos para que el plato salga con ese saborcito especial”, revela esta mamita de Ate. Ella está contenta de poder trabajar y ser el sustento de su hogar. “Somos mujeres guerreras, talentosas y perseverantes que enfrentamos obstáculos para cumplir nuestros sueños y velar por nuestros hijos. No nos dejemos caer, emprendamos en el rubro que nos guste. Si no nos motivamos nosotras mismas, quién lo hará. La confianza en nosotras mismas nos dará el éxito”, aconsejó.
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