Has notado que o le da manotazos a su hermano menor? Esto no lo hace porque no lo ame o porque sea un ‘niño malo’. “A veces los chicos utilizan la agresividad como una forma de llamar la atención de sus padres y también como una herramienta para manejar su frustración, tristeza o miedo. Por eso, papá y mamá deben comprender qué se esconde tras este comportamiento y no recurrir a las sanciones, gritos o golpes para ‘solucionar’ el problema”, indica el psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa.

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1. Ayúdalo a identificar sus sentimientos

. Para ello, ponte a su altura, míralo a los ojos y pregúntale qué siente, qué lo está afectando, por qué se comporta así con su hermanito. No lo interrogues, hazlo pausadamente.

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2. Muéstrale tu cariño

Es muy importante que el niño sepa que lo quieres. Todos los días abrázalo, dale un beso, habla con él sobre aquello que le guste, por ejemplo, un programa de televisión o un juego. Él también necesita tu atención.

3. Fomenta la conexión entre hermanos

Fomenta actividades donde tus hijos pueden interactuar juntos. La idea es que tu retoño perciba a su hermano menor como su aliado y no como un oponente. Sé muy prudente con los elogios, ya que podrías provocar celos, envidia o resentimiento entre ellos.

SABÍAS QUE...

solo dañan el vínculo entre padres e hijos y no ayudan al niño a sentirse comprendido ni a entender por qué está mal su conducta.

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¿Sabes diferenciar un berrinche de una crisis emocional en tu hijo?

No son lo mismo y saber distinguirlas hará que guíes y apoyes mejor a tu hijo. Toma atención a estos episodios, tal vez detrás hay algo más, como problemas en casa, inseguridad o bullying.

Un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito.
Un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito.

Cuando ves que tu hijo se tira al piso, grita y llora sabes que estás frente a . Sin embargo, no siempre es así. Sin darte cuenta tal vez tu pequeño está enfrentando una crisis emocional. Por eso es importante que aprendas a diferenciar ambos conceptos, de esta manera podrás guiar y apoyar mejor a .

Para Manuel Saravia, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima, un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito. Si lo consigue, dejará de hacer su rabieta y se tranquilizará.

Mientras que en una crisis emocional, el niño no se calma con nada. Todo empieza porque se siente abrumado o estresado por estar expuesto, por ejemplo, a ciertos sonidos, luces, sabores y texturas. Además, pueden sumarse ciertos problemas que enfrenta en casa, como la separación de los padres, no sentirse querido o ser víctima de bullying.

QUÉ HACER

Para los berrinches, Saravia recomienda no darle al niño aquello que desea. Más bien deben decirle que cuando se calme conversarán, ya que con esa actitud no logrará nada. Al darse cuenta de que no le hacen caso, se callará.

Cuando percibas que se trata de una crisis emocional, acércate a y pregúntale qué lo está afectando. Si no dice nada, baja a su nivel y abrázalo muy fuerte. Mientras lo haces puedes reafirmarle que siempre estarás para apoyarlo.

SABÍAS QUE...

Una discusión o pelea en casa también puede provocar una crisis emocional en el niño. Cuidado.

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