Ruby es un perro de dos meses que ha causado admiración y respeto en Holanda por su curiosa tarea: se encarga de dar apoyo y consolar a las familias en los entierros y cremaciones.
Patricia van Vliet es la dueña de una funeraria en Holanda y ha puesto en práctica un proyecto pionero en el país: los perros de consolación. Como ya sucede en Estados Unidos, las familias que han perdido a un ser querido pueden recibir consuelo y aliviar su dolor acariciando un animal como Ruby, un pequeño cachorro de solamente dos meses que ya es toda una figura en el país.
Patricia pudo comprobar en primera persona la dificultad de tratar con personas que acaban de perder a un ser querido y concretar con ellas los detalles del entierro o cremación, por lo que experimentó con su perro Ruby el alivio que sienten al tratar con el animal en esos momentos difíciles.
“La intención es que Ruby simplemente descanse en los pies de la familia mientras tengo una charla con la persona acerca de los detalles del funeral o acariciarla para quitarle tensión y proporcionar un poco de alivio en ese difícil momento”, ha explicado van Vliet.
Varios estudios científicos han demostrado que los perros son útiles para terapias y que acariciarlos produce una sustancia química en el cerebro que produce bienestar.
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