Si bien la deshidratación es el principal problema de los perros en verano, hay otro mal que debes evitarle a tu engreído en esta temporada: una infección en el oído.
Así como lo lees, la humedad en el ambiente y la falta de ventilación, sobre todo en perros con orejas caídas, provocan que las bacterias y los hongos se alojen en su conducto auditivo, inflamándolo.
El riesgo aumenta para animalitos que, para refrescarse, suelen darse un chapuzón en cualquier estanque de agua.
El doctor Juan Alvarado, de la clínica veterinaria ‘Engreídos’, indica que es preciso realizarle una limpieza de orejas a la mascota cada 15 días para prevenir esta afección.
“Usa gasa esterilizada (no algodón porque sus fibras pueden quedar dentro del oído), enróllala en tu dedo y remójala con agua tibia. Remueve la suciedad haciendo movimientos circulares de adentro para afuera, sin llegar hasta el fondo del canal auditivo”, sugiere.
Un oído sano suele ser de color rosa pálido y sin olor. Si, por el contrario, luce enrojecido, huele mal y ves que el animalito sacude la cabeza a cada rato, llévalo con un especialista.
Sabías que:
* A la hora de bañarlo, colócale tampones de gasa en los oídos para evitar que le entre agua y jabón.
* Habitúa a tu perro, desde cachorro, a la limpieza de oídos.
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