Poco se dice del padre y su importante en la crianza de hijos. Su ausencia puede desencadenar problemas en el desarrollo y conducta del niño. La figura paterna es preponderante ya que se encarga de regular la parte moral y emocional del niño.
Los niños que crecen sin una figura paterna, generalmente evidencian trastornos en la adolescencia porque no encuentran una identidad. Los jóvenes son más proclives a sufrir de inseguridad, soledad y depresión, que pueden plasmarse en el fracaso escolar, consumo de drogas y vagancia. En definitiva, no tienen la capacidad para controlar sus impulsos y no pueden autorregularse.
Tampoco es una regla que los niños sin padre van a generar problemas emocionales. “Tienen mayores riesgos, pero no es determinante”, afirma Christian Martínez, psicólogo de la PUCP.
Tener la figura paterna en casa va más allá de la presencia física, sino el lograr un desarrollo equilibrado en los hijos. Ser padre es algo mucho más significativo y trascendente. Es aquel que está durante su aprendizaje, cuando comete errores y alcanza sus primeros triunfos.
¿SOY MADRE Y PADRE A LA VEZ?
Pese al esfuerzo que las madres hacen para cubrir esas necesidades afectivas y educativas en sus hijos, cuando el padre no está, ellas caen en el error de ser aprensivas, sobreprotectoras con sus pequeños; provocando adultos dependientes e inseguros.
Si es tu caso, lo que debes hacer es aceptar que no puedes suplir la figura paterna. Tú eres solo madre, no padre. Apóyate en una imagen masculina del hogar (abuelo, tío o padrino) que le permita al niño encontrar el modelo de crecimiento adecuado.