Si bien el uso de la mascarilla en la pandemia fue la mejor medida que se adoptó tratándose de un contagio por vía respiratoria, debemos mantener esta medida como una conducta de salud pública.
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Cuando una persona esté resfriada, es importante que el uso sea la mejor medida para detener la cadena de contagio en casa y en los trabajos; asimismo, cuando concurramos a lugares poco ventilados como el transporte público, el uso debería ser también como una medida preventiva.
Un hombre vendiendo mascarillas en la calle. Foto de JOSE SANCHEZ LINDAO / AFP
Tal parece que no hubiésemos aprendido que una medida tan simple podría evitar no solo la transmisión de los virus del resfrío, sino que va más allá de esto; tenemos una incidencia elevada de tuberculosis en Perú y lamentablemente no se ha podido concientizar a las personas infectadas de utilizar esta mascarilla como un tema de protección a los que nos rodean; no solo podríamos controlar esos niveles elevados de incidencia de tuberculosis, sino que serviría para hacer más efectivos los tratamientos del mismo.
Las campañas de salud deberían estar orientadas a la prevención, tanto al uso condicional de las mascarillas como a ese lavado de manos que también se están olvidando muchos.
