En invierno nuestros hábitos alimenticios cambian, pues no solo tomamos menos cantidad de agua, también consumimos pocas verduras. “Solemos relacionar a los vegetales con las ensaladas frías, pero en realidad hay muchas maneras de comerlos”, explica Jenny García, nutricionista de Sanna.
La especialista recomienda incluir estos alimentos por su gran aporte nutricional. “No deben dejarse de comer porque las verduras son muy buenas para nuestro sistema digestivo e inmunológico, aportan vitaminas y minerales”, añade.
Según García, entre la variedad de formas de consumirlas están los guisos, salteados, soufflé, sopas, cremas, omelettes, extractos y ensaladas cocidas. “Por ejemplo, puedes iniciar el día con un desayuno de jugo verde y un sánguche de palta, tomate y huevo. En el almuerzo un arrebozado de coliflor con arroz a la jardinera o garbanzos con acelga y pescado, en la cena una crema de verduras, o un chupe de verduras con olluco”, recomienda.
Para que haya una mejor absorción de nutrientes, la experta sugiere ingerir estos alimentos con refrescos naturales, como limonada, naranjada o carambola