Si bien existen adquiridas en el transcurso de la vida debido a males como la diabetes, hipertensión, enfermedades del colágeno o autoinmunes, o también por causas traumáticas, existen otras curvaturas que son de origen congénito, es decir, de nacimiento, sin causa alguna.

A diferencia de las curvaturas adquiridas, las congénitas empiezan a manifestarse a temprana edad, es decir, desde la preadolescencia o durante la adolescencia, siempre en erección y sin la presencia de placas o fibrosis.

No existe el pene en erección completamente recto, pues siempre hay una pequeña curvatura lateral izquierda o derecha o ventral o dorsal (abajo o arriba) que puede ser de 15 a 30 grados.

Si estas curvaturas no producen dolor ni molestia en las relaciones sexuales del varón ni en su pareja, no hay problema, pero si ocasionan dolor debe considerarse la posibilidad de un tratamiento médico -generalmente quirúrgico- para corregir esa curvatura del pene.

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