De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipoacusia ocupa el tercer lugar entre las patologías que conllevan a años de vida con discapacidad. Más de 1,500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición situación que puede afectar su desarrollo social, cognitivo y laboral.
La hipoacusia, más conocida como sordera, es la disminución de la audición en uno o ambos oídos. Ésta puede ser leve hasta severa, llegando a afectar la comunicación y la calidad de vida de las personas, sobre todo, en la tercera edad.
En el caso de los adultos mayores, la prevalencia de hipoacusia fluctúa entre un 30% en mayores de 65 años y hasta un 60% en mayores de 85 años. El doctor Jorge Centeno, otorrinolaringólogo de la Clínica Ricardo Palma, comenta que esta enfermedad puede inducir a la depresión, desconexión con el entorno, agravamiento de una demencia senil o irritabilidad.
¿Al envejecer, es normal perder la audición?
Existen varios factores por los cuales se desarrolla la patología, entre ellos: la degeneración de los sentidos por los años, genética, hipertensión, diabetes, haber recibido medicamentos tóxicos para el oído o exposición crónica a ruidos.
El experto menciona que entre sus síntomas frecuentes está la pérdida de la audición detectada por el mismo paciente o su entorno, presencia de ruidos internos, llamados también tinnitus, que se pueden sentir en uno o ambos oídos llegando a ser muy molestos y distorsión en los sonidos escuchados.
¿Tiene cura?
La hipoacusia no tiene cura, pero se puede corregir la audición perdida para que el paciente pueda comunicarse y desarrollar sus actividades con normalidad.
Por lo general, se recomienda audífonos uni o bilaterales y, en casos muy severos, implante coclear. Este es un dispositivo eléctrico que reemplaza la función del oído interno (cóclea) dañado.
Según Centeno, hay una serie de medidas preventivas para cuidar la salud de los oídos como evitar exposiciones prolongadas a ruidos intensos, automedicación, controlar las comorbilidades o usar audífonos medicados de manera precoz.
“Los chequeos preventivos de la audición son fundamentales para recibir un diagnóstico temprano y evitar complicaciones por no escuchar bien. Se deben hacer audiometría, potenciales evocados, etc.”, agregó el especialista.