Anemia hemolítica. Foto: Istock
Anemia hemolítica. Foto: Istock

Si la piel o los ojos se tornan amarillentos y la orina se oscurece, podría tratarse de anemia hemolítica, una condición que, de no atenderse a tiempo, conlleva al riesgo de complicaciones graves. La hematóloga Irina Surco Rodríguez explica más detalles.

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¿Qué es la anemia hemolítica?

Es un tipo de anemia en la que los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo normal. Mientras que un glóbulo rojo suele vivir alrededor de 120 días, en estos casos llega a destruirse incluso en cuestión de horas.

¿Cómo se adquiere esta anemia?

Existen dos formas: hereditaria y adquirida. La primera se manifiesta desde temprana edad, mientras que la segunda puede aparecer en cualquier etapa de la vida.

En el caso de la adquirida, ¿qué la causa?

Surge como consecuencia de infecciones, medicamentos, enfermedades autoinmunes o la exposición a determinadas sustancias. En algunos casos, se presenta asociada a enfermedades oncológicas.

¿Siempre hay una enfermedad base detrás?

No siempre. La anemia hemolítica adquirida, a veces, actúa como preludio: al inicio no se detecta ninguna causa, pero, con el tiempo, llegan a manifestarse las enfermedades.

¿Cuáles son los síntomas?

En general, provoca cansancio, debilidad y fatiga. Sin embargo, en la anemia hemolítica, como el glóbulo rojo se rompe y libera bilirrubina, esta tiñe la piel y los ojos de un tono amarillento y oscurece la orina.

¿Qué tan frecuente es la anemia hemolítica?

En promedio, se registran entre una y tres personas por cada 100,000 habitantes al año. Entre las hereditarias, la más común es la producida por deficiencia de la enzima glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD). Entre las adquiridas, destaca la anemia hemolítica autoinmune.

Anemia inflamatoria. Foto: Istock
Anemia inflamatoria. Foto: Istock

¿Existen diferencias en el tratamiento?

Sí. En la hereditaria, el objetivo es controlar los síntomas y prevenir complicaciones, ya que el paciente nace con esta condición. En la adquirida, el tratamiento se centra en la enfermedad de base. Según el caso, el hematólogo puede indicar fármacos, como corticoides o transfusiones.

¿La anemia hereditaria se cura?

No. Al ser genética, se transmite de generación en generación. El paciente vivirá con ella y deberá evitar complicaciones y tratar los síntomas.

¿Entonces siempre va a tomar medicamentos?

No necesariamente, pero sí requerirá controles periódicos con el hematólogo para recibir suplementación cuando lo necesite.

¿Qué complicaciones graves puede traer si no se trata?

En casos graves, la anemia hace que el corazón trabaje más, lo que, con el tiempo, puede dañarlo y poner en riesgo la salud del paciente.

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