Estar estresado se asocia normalmente a trastornos negativos como ansiedad, insomnio, irritabilidad y depresión, pero el estrés también puede ser positivo.
Por ejemplo, cuando a pesar de una situación tensa existe una sensación placentera que produce un estímulo para resolver el problema de manera eficaz.
Las diferencias entre ambos tipos de estrés son claras:
EL BUENO
La persona siente que puede enfrentar desafíos y conseguir sus metas (cuando das un examen de admisión o postulas a un trabajo).
Tiene más ganas de vivir, ya que el estrés le da un propósito en su vida (cuando participas de un campeonato deportivo).
Es capaz de superar una situación amenazante y tiene activado su instinto de sobrevivencia (cuando estás en riesgo de sufrir un asalto y huyes).
EL MALO
El individuo se convence de que no podrá superar el problema.
Tiene sudoración de manos, activación del ritmo cardíaco y pensamientos catastróficos.
Sufre deterioro físico y psicológico.
CONTROL
Para evitar el estrés negativo practica técnicas de relajación, aprende a soltar lo que no está bajo tu control y libérate de problemas del pasado y relaciones tóxicas. Adquiere nuevos hábitos que te ayuden a disfrutar tu vida familiar, laboral y amical.