Dice la leyenda que a Adán se le quedó atorado un trozo de en la garganta, cuando estaba en el paraíso, y a partir de ese momento todos los hombres están condenados a llevarla como evidencia de la desobediencia y el castigo. Y una señal masculina en recordatorio del pecado original.

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Pero esa es la leyenda. En realidad, la llamada manzana de Adán es una prominencia de cartílago ubicada encima de la glándula tiroides, en la zona de la laringe.

Conocida como cartílago tiroides, su función es la de proteger nuestra laringe y también las cuerdas vocales.

Hombres y mujeres la tienen por igual, solo que a ellos se les nota más como un bulto en la parte delantera del cuello.

Ubicación del cartílago tiroides.
Ubicación del cartílago tiroides.

Esto pasa porque la manzana de Adán aparece durante la adolescencia de los varones, cuando se desatan todos los cambios anatómicos y fisiológicos para la reproducción.

Su desarrollo tan marcado se debe a la testosterona, la hormona masculina, que al segregarse durante la pubertad causa el crecimiento de la laringe.

Junto a ella suelen producirse cambios como el engrosamiento de la voz. Por ello, el tono en los hombres es más grave que el de las mujeres.

Hombre y mujer.
Hombre y mujer.

Por supuesto que la laringe no crece de un día para otro. Si has escuchado a algunos adolescentes les salen gallos al hablar. Esto no es más que sus laringes tratando de adaptarse a su nuevo tamaño.

TOMA NOTA...

La elevación laríngea tiene un ángulo de 90° en los hombres y 120° en las mujeres, por eso en ellos se destaca más.

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