Karim está triste porque no tiene cabello y sus compañeros de colegio se burlan de él.
Karim está triste porque no tiene cabello y sus compañeros de colegio se burlan de él.

Karim lloraba sentado en el patio del colegio de Miravan. Su cabeza rapada asomaba entre sus brazos y piernas. Un compañero de clase le gritó: ¡No llores cabeza de bola! Pareces una niña.

Abdul, el tutor de Karim, lo vio de lejos y se acercó.

- Hola Karim ¿Qué te ha dicho Alí?

-Se ríen de mí.

-¿Todos?

-Sí, es por mi culpa. Tengo esta enfermedad que me hace parecer imbécil.

-Tú no tienes la culpa Karim. Nadie elige una enfermedad. Mañana hablamos.

Al día siguiente Abdul entró en clase con un abrigo y una gorra. Saludó a los chicos y de forma lenta y pausada se quitó la gorra y mostró su cabeza completamente afeitada.

Los chicos estaban conmocionados. El maestro se sentó al lado de Karim y pidió a uno de sus alumnos que les sacara una foto. Vamos a decirle al mundo que apoyamos a Karim en su enfermedad.

Karim y su maestro se toman una foto.
Karim y su maestro se toman una foto.

Durante toda una hora Abdul les habló sobre cómo se sentía Karim y sobre cómo la enfermedad podía haber elegido a cualquiera de ellos en vez de a él. Alguno de los chicos comenzó a llorar en silencio.

Aquel día Abdul colgó la foto con su alumno con unas frases de aliento y cariño para Karim.

Al día siguiente el maestro entró en clase con su gorra y su abrigo, y esta vez fue él quien quedó conmocionado. Todos sus alumnos sin excepción tenían la cabeza rapada. El maestro solo pudo decir con la voz entrecortada: gracias muchachos. Vamos a sacar una foto.


Autor: Jon Hernández Abaitua

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