
Más allá del Evangelio de San Mateo, donde se relata que la Estrella de Belén guió a tres sabios, llamados popularmente Reyes Magos, hasta donde nació Jesús, la ciencia ha buscado explicaciones en hechos verificables.
Las principales teorías respecto a la estrella que se detuvo sobre donde nació Jesús, en Belén, son tres:
1) Conjunción planetaria. Hubo una alineación muy cercana de los planetas Júpiter y Saturno —algunos añaden a Venus— que al verse desde la Tierra formó un punto de luz muy brillante y duradero.
En el siglo XVI, el astrónomo alemán Johannes Kepler calculó que esa conjunción ocurrió tres veces en el año 7 a. C.
2) Nova o supernova. Una explosión estelar habría sido un evento muy impactante, visto en el cielo como una estrella durante algún tiempo, incluso semanas, suficientes para que los Reyes Magos fueran guiados hasta Belén.
El problema es que no hay registros astronómicos de ello.
3) Cometa. Se menciona a un cometa brillante, registrado en China alrededor del año 5 a. C.
Mark Matney, científico planetario de la NASA, sugiere que la estrella bíblica sería un cometa procedente de la Nube de Oort, una región lejana del sistema solar.
Dice que si el cometa pasó tan cerca de la Tierra, como a la distancia a la Luna, daría la impresión de que ‘no se mueve’.

DATITO
Popular fue la teoría de que la Estrella de Belén fue el cometa Halley, porque el pintor italiano Giotto, en su cuadro ‘La adoración de los Magos’, coloca ahí a ese astro que vio en el año 1301. Que sea el Halley no tiene asidero porque pasó cerca de la Tierra en el año 12 a. C. y la mayoría de los historiadores fijan el nacimiento de Jesús entre los años 7 y 4 a. C., durante el reinado de Herodes el Grande.










