La fábula ‘El león y el ratón’, del narrador griego Esopo, cuenta que un poderoso león animal que es considerado el ‘rey de la jungla’ dormía en la falda de una montaña, mientras cerca de él, unos ratones de campo jugaban. Uno de esos roedores, para demostrar su valentía, saltó por encima del león, con tan mala fortuna para el pequeño que, teniendo buenos reflejos, el gran felino lo cogió.
Al darse cuenta de que su vida corría peligro, el ratón suplicó al león que tuviera piedad y no le hiciera daño, ya que lo que había hecho no lo hizo por maldad, sino más bien por ignorancia.
El ratón prometió pagarle el favor en el momento oportuno y el león se echó a reír, pero viendo que el ratoncillo hablaba con sinceridad y que, además, era un animal pequeño y no era digno de ser devorado por un ser como él, lo dejó marchar.
Al poco tiempo, el león caminaba por el bosque, cuando cayó en una trampa dejada por cazadores y, viéndose atrapado en la red, comenzó a rugir con fuerza, pero sin poder zafarse. Su vida corría peligro.
El ratón, al que el felino perdonó la vida, estaba cerca y vio cómo el león estaba atrapado en la red. Al recordar a quien lo dejó vivir, el ratoncito corrió en su ayuda y procedió a morder la red para liberar al león, al que así salvó.
- Días atrás le dijo el ratón, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños somos agradecidos y cumplidos.
La fábula ‘El león y el ratón’, del narrador griego Esopo, cuenta que un poderoso león animal que es considerado el ‘rey de la jungla’ dormía en la falda de una montaña, mientras cerca de él, unos ratones de campo jugaban. Uno de esos roedores, para demostrar su valentía, saltó por encima del león, con tan mala fortuna para el pequeño que, teniendo buenos reflejos, el gran felino lo cogió.
Al darse cuenta de que su vida corría peligro, el ratón suplicó al león que tuviera piedad y no le hiciera daño, ya que lo que había hecho no lo hizo por maldad, sino más bien por ignorancia.
El ratón prometió pagarle el favor en el momento oportuno y el león se echó a reír, pero viendo que el ratoncillo hablaba con sinceridad y que, además, era un animal pequeño y no era digno de ser devorado por un ser como él, lo dejó marchar.
Al poco tiempo, el león caminaba por el bosque, cuando cayó en una trampa dejada por cazadores y, viéndose atrapado en la red, comenzó a rugir con fuerza, pero sin poder zafarse. Su vida corría peligro.
El ratón, al que el felino perdonó la vida, estaba cerca y vio cómo el león estaba atrapado en la red. Al recordar a quien lo dejó vivir, el ratoncito corrió en su ayuda y procedió a morder la red para liberar al león, al que así salvó.
- Días atrás le dijo el ratón, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños somos agradecidos y cumplidos.