Augusto Bernardino Leguía y Salcedo (1863-1932) fue un político peruano que ejerció dos veces la Presidencia Constitucional del Perú: de 1908 a 1912, y de 1919 a 1930. A este último período, que suma once años consecutivos, resultado de sucesivas reelecciones, se le conoce como el Oncenio.
Augusto B. Leguía, quien se encontraba ausente del país desde que Billinghurst lo desterrara al asumir la presidencia, retornó al Perú en las postrimerías (período final) del gobierno de José Pardo. Se presentó a las elecciones de 1919. Estas fueron muy cuestionadas por las irregularidades en el conteo de votos.
Aunque nadie dudaba del triunfo de Augusto B. Leguía, corría el rumor de que se pretendía invalidar los resultados y que, en tal caso, le correspondería al Congreso, donde los civilistas eran mayoría, elegir al nuevo presidente.
En consecuencia, Augusto B. Leguía decidió actuar. El 4 de julio de 1919 depuso a Pardo mediante un golpe de Estado, que contó con el respaldo militar y la mayoría del electorado.
Después del golpe de Estado, Augusto B. Leguía ocupó el poder como presidente interino. En los meses siguientes, convocó a una asamblea nacional para que redactara una nueva Constitución (1920), ante la cual juró como una forma de legitimar su gobierno.
Pese a haber ‘auspiciado’ la redacción de la Constitución de 1920 y de haber jurado ante ella, Augusto B. Leguía la transgredió. El artículo que establecía un período de gobierno de cinco años, sin posibilidad de reelección inmediata, fue modificado hasta en tres oportunidades para permitir su reelección.