El triceratops es uno de los dinosaurios más interesantes. Su espectacular cornamenta y la prolongación de su cráneo le permitían atacar y forcejear con sus congéneres, así como defenderse del embate de sus principales enemigos, los tiranosaurios.
Era un animal herbívoro y vagó por lo que ahora es el oeste de América del Norte durante el período Cretácico, hace unos 69 millones de años.
Se calcula que medía entre 7 y 9 metros de longitud y alrededor de tres metros de altura.
Su cabeza en proporción con su cuerpo era una de las más grandes de todos los animales terrestres (2.50 metros de largo).
Estaba adornada con tres cuernos, uno en el hocico, sobre la nariz y un par de cuernos de alrededor de un metro de largo sobre cada ojo.
BESTIA DE TRES CUERNOS
También ostentaba una especie de corona, llamada gola ósea, que iba como extensión de la nuca.
Los paleontólogos todavía no determinan por qué el triceratops tenía esos grandes cuernos y esa corona.
Pero debido a que tanto los machos como las hembras los tenían, valoran la posibilidad de que los emplearan para comunicarse, identificarse o para impresionarse unos a otros durante el cortejo sexual.
BOCA Y DIENTES
Su boca se parecía al pico de los loros de hoy y le permitía arrancar hierbas. Tenía entre 36 y 40 columnas de dientes con entre tres y cinco dientes por columna, lo que hacía un total de 432 a 800 dientes trituradores. La cola era corta, tenía huesos y era muy movible.
Se desplazaba sobre sus cuatro patas y no tenía la capacidad de alzarse sobre sus extremidades traseras.
Este animal prehistórico vivió junto al tyrannosaurus rex, pero ambas especies, y todos los demás dinosaurios no aviares (es decir, dinosaurios que no eran pájaros) se extinguieron cuando un asteroide golpeó la Tierra hace 66 millones de años.
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