Hoy se cumplen 90 años del nacimiento de la poeta peruana Blanca Varela, cuyo estilo reflexivo, conmovedor y lejos de cualquier signo de autocompasión, no resulta fácil de clasificar. Nace el 10 de agosto de 1926 y si bien, en 1943, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos e hizo contacto con la Generación del 50, movimiento representado por escritores de la talla de Javier Sologuren, Sebastián Salazar Bondy y Jorge Eduardo Eielson, la poesía de Varela se forjó al margen de tendencias. La propia autora decía de su obra que no le gustaba, pero era la única que podía escribir.
En 1949 Blanca Varela contrae matrimonio con el pintor Fernando De Szyszlo, con quien emprende un viaje a París el mismo día de su boda. Allí, conoce al vate mexicano Octavio Paz, figura determinante en su carrera, ya que la introdujo en los círculos de intelectuales y la alentó a publicar su primer poemario ‘Ese puerto existe’ (1959).
Le siguieron otros títulos: ‘Luz de día’ (1963), ‘Valses y otras falsas confesiones’ (1972), ‘Canto villano’ (1978), ‘Ejercicios materiales’ (1993), ‘El libro de barro’ (1993), ‘Concierto animal’ (1999) y ‘El falso teclado’ (2000), todos publicados sin prisa.
En cada obra, Blanca Varela permaneció fiel a un lenguaje agudo y a una búsqueda interior.
En 1996, en un vuelo que cubría la ruta Lima-Arequipa, murió su hijo Lorenzo De Szyszlo. Después de esa pérdida, la poesía de Blanca Varela se volvió más intensa y descarnada. Apartada de los medios intelectuales, falleció el 12 de marzo de 2009.
Quítate el sombrerosi lo tienesquítate el peloque te abandonaquítate la piellas tripas, los ojosy ponte un almasi la encuentras.
Vino el pájaroy devoró al gusanovino el hombrey devoró al pájarovino el gusanoy devoró al hombre.
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