El reino animales es todo un maravilloso misterio, pero la ciencia trabaja de cerca con este para demostrar su inteligencia. Esta vez se estudió el modo en que una araña terrestre caza a su presa. Míralo de cerca.
No solo acechan a sus víctimas esperando a que caigan a sus telarañas: las arañas también emplean sus fluidos para ganarle a otras arañas en caso se vean cara a cara en un match. Este fue el descubrimiento de investigadores en la Universidad de Kiel, Alemania, publicado esta semana la revista Journal of Experimental Biology.
Las telarañas siempre necesitan de puntos de anclaje a estructuras sólidas en su entorno, para los cuales el insecto segrega un tipo especial de seda, llamado piriforme. No obstante, Jonas Wolff, de Macquarie University, Australia, y Milán Řezáč, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida, se dieron cuenta de que las glándulas productoras de seda piriforme en arañas terrestres (Gnaphosidae) eran diferentes de las de otras especies —estos insectos tenían menos y sus glándulas eran significativamente más grandes que las de las arañas hilanderas—. Tomando en cuenta que estas arañas terrestres cazan emboscando a sus presas para envolverlas con seda piriforme o buscan peleas con insectos y arácnidos más grandes para hacerles lo mismo, los científicos se propusieron descubrir los usos y naturaleza de la seda piriforme en estos insectos.
Para ello, en el laboratorio en Kiel, los insectos de la especie Drassodex heeri fueron enfrentados a otras arañas y la grabación de los encuentros reveló atraques pueden ser muy rápidos pero que revelan a la Drassodex atar su seda piriforme al piso antes de correr rápidamente alrededor de su presa, produciendo un rastro de hilo pegajoso que se secó rápidamente, atrapando las patas de su rival hasta poder desmembrarlo cuidadosamente.
Wolff pudo recoger 17 hebras separadas de este fluido para medir su fuerza. Al comparar la seda piriforme con otras producidas por arañas hilanderas, se evidenció que la de la Drassodex combina la dureza de la seda de líneas con la notable elasticidad de los hilos espirales de las telarañas colgantes. Además, el revestimiento de estos hilos es extraordinariamente flexible y resistente, soportando tensiones de corte que son más de 750 veces equivalente a las tensiones que pueden soportar pegamentos artificiales.
Asimismo, el análisis reveló que las glándulas de seda piriforme en estas arañas son más anchas para poder disparar una capa gruesa de seda a alta velocidad con el fin de paralizar a sus presas. Pese a ello, cuentan con un mecanismo antiobstrucción para que las glándulas no se vean taponeadas por residuos secos de fluido.
Wolff añade que el estudio además reveló que la Drassodex no es muy hábil para tender grandes espirales de telaraña, a cambio de tener la habilidad de envolver en ella a sus víctimas cuando las tiene al alcance de pata. "Este es un ejemplo claro de un intercambio, en el que un mecanismo de captura de presas altamente eficiente ha evolucionado a costa de un menor apego de hilos, que es una función básica en todas las arañas", concluye.
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