Las alergias estacionales son enfermedades que nacen a partir de la reacción del cuerpo a sustancias inofensivas como el polen, ácaros, caspa de animales, moho, etc. que aparecen en ciertas temporadas del año y que en ocasiones pueden afectar la vida social y laboral de una persona. Pueden manifestarse como estornudos constantes y comezón en los ojos, hasta incluso desencadenar un cuadro similar a una crisis asmática.
“Existen 4 tipos de hipersensibilidad, tipo I, II, III y IV. El tipo I es la causante de las alergias estacionales, incluidas la fiebre del heno y alergias alimentarias como la de mariscos, maní, intolerancia a la lactosa, entre otros. El tipo II está relacionado con las anemias hemolíticas (incompatibilidad durante la transfusión de sangre). Las de tipo III está relacionados con la artritis reumatoide y vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos). Finalmente, las de tipo IV se relacionan con los cuadros de dermatitis de contacto”, señala Ivan Bernuy, docente de la Escuela de Medicina de la Universidad Norbert Wiener.
En ese sentido, el especialista nos brinda cuatro recomendaciones para poder combatir este tipo de alergias si llegaran a presentarse:
Bernuy señala que lo más importante es la prevención, así como evitar la exposición al alérgeno que muchas veces ya es identificado por la persona. Sin embargo, si tienes alergias estacionales muy frecuentes e intensas, es fundamental recurrir a una atención médica para realizar pruebas cutáneas o análisis de sangre con el fin de detectar exactamente qué tipo de alérgenos están desencadenando los síntomas y así iniciar el tratamiento necesario.
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