Dicen que los tenemos tres cualidades envidiables: buen paladar, creatividad y ganas de superarse como sea. Y Beatriz Huatuco Jacay (50) es prueba fiel de que con sacrificio todo puede lograrse. Empezó su en una cochera a inicios de la pandemia, en 2020, y ahora tiene la surtida bodega ‘Las Brisas’.

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“Empezamos en una cochera en el Rímac, teníamos poquitas cosas porque estábamos en la zona de fábricas y no pasaba ni un alma, pero como sea tenía que apoyar a mi esposo”, comenta la comerciante, quien por las noches saca su carrito sanguchero.

Beatriz no es de las que se queda llorando semanas enteras frente a las adversidades, al contrario, trata de buscarle el lado positivo a las cosas.

“Mire, a veces el dolor más grande te da nuevas oportunidades. Mi papito también era bodeguero, casi toda su vida vendía aquí en Surco. Yo aprendí de él porque tenía magia para jalar clientes, y cuando falleció cerramos la bodega. Nos daba mucha pena ver todo tan tétrico, así que decidimos mudarnos con mi mamita y arrancar y rejuvenecer ‘Las Brisas’, ja, ja, ja”, revela la ‘señito Betty’, como le llaman sus amigos.

La emprendedora también llevó donaciones a los damnificados de los huaicos e inundaciones. Foto: Carlos Tamashiro.
La emprendedora también llevó donaciones a los damnificados de los huaicos e inundaciones. Foto: Carlos Tamashiro.

Beatriz, con la voz entrecortada, dice que gracias al éxito de su tiendita al paso ayudó a pagar la carrera universitaria de su hijo mayor y repotenciar el negocio familiar, donde no solo vende abarrotes, frutas y verduras, sino también útiles escolares, detallitos y hasta panes calientitos.

“Me levanto a las 4 de la mañana para alistar todo y esperar el pan que llega fresquito, recién salido del horno. Como estamos al frente de un colegio, tenemos una gran clientela en las mañanas. Luego baja un poco y al mediodía vuelve a subir porque la gente compra sus cositas para cocinar. Ni que decir a la salida del colegio, mi bodega se llena porque los escolares hacen su parada técnica para sus gaseosas o snacks”, cuenta la mamita emprendedora.

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Beatriz afirma que el trabajo del bodeguero no es sencillo, al contrario, requiere de mucho esfuerzo, compromiso y constancia, pero sobre todo de mucho carisma y paciencia.

“Creo que mi secreto para fidelizar al cliente es mi alegría y entusiasmo. Acá jamás habrá mala cara, al contrario, mi atención es de primera. También es importante estar al día en las redes sociales. Mi hijo tuvo que enseñarme a usar TikTok. Claro que da vergüenza, pero si quieres que tu negocio crezca, tienes que hacer lo que sea. Ahora hago hasta ‘en vivos’. Sé que mi papá estaría orgulloso del giro que le hemos dado a ‘Las Brisas’”, agrega Beatriz.

También está muy agradecida con la Asociación de Bodegueros del Perú porque ha encontrado amigos, compañeros, guías que la aconsejan respecto a proveedores, y cómo sacarle el máximo provecho a sus productos. Además, recibe talleres y capacitaciones junto a otros bodegueros para mejorar la dinámica de sus negocios.

DATITO

La red social que está causando sensación actualmente es TikTok. Quítate la vergüenza y anímate a publicar tus productos, hacer videos y soltar unos pasos de baile.

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