Siempre estuvo ligado a los negocios, pero la pandemia lo hizo cambiar de rumbo: dejó su sanguchería para emprender con una bodega en la cochera de su casa, en San Juan de Miraflores. Severo García (51) mira en retrospectiva y asegura que tomó una buena decisión, ya que este negocio le permite sacar adelante a su familia y mandar a sus hijos a la universidad.
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Desde pequeño, este emprendedor conoció lo que era ganarse el dinero a base de esfuerzo y sudor. La vida no fue sencilla para él, pero esto lo ayudó a ser perseverante y a no amilanarse ante ninguna adversidad. Tras el fallecimiento de su madre, se mudó a Lima. El plan era quedarse un mes, pero nunca más agarró sus maletas.
Una vez en la ciudad, alquiló un local para vender calzados, luego emprendió con una sanguchería, pero llegó el encierro por la pandemia y lo cambió todo. Al principio lo tomó como un descanso, pero en agosto de 2020 sintió con fuerza el impacto económico. Tras meditarlo mucho, decidió abrir una bodega en su casa.
Los primeros meses fueron los más duros, pero Severo García no sucumbió a la incertidumbre y, por el contrario, día a día mostró su mejor cara a los clientes, hasta que pronto llegó la recompensa a tanto esfuerzo.
Empezó con productos de primera necesidad, pero ante la buena acogida amplió su oferta y ahora tiene un minimarket que se diferencia del resto por contar con una gran variedad de artículos para la canasta familiar. Otro punto a su favor es su amplio horario de atención, que va desde las 6 de la mañana hasta la 1 de la madrugada; incluso los fines de semana.
Junto a su esposa ha sacado adelante este negocio, que espera crezca más. De pequeño, sus sueños parecían imposibles, pero hoy está convencido de que puede alcanzarlos.
