Todos hemos sufrido de calambres en las pantorrillas alguna vez. Las contracciones musculares son breves, pero intensas y dolorosas. Durante el embarazo suelen incrementarse sobre todo en las noches, afectando la calidad de vida de la gestante pues no descansa lo suficiente.
Los especialistas no saben a ciencia cierta qué los genera, aunque atribuyen su aparición a las alteraciones hormonales y físicas por las que el cuerpo atraviesa en el embarazo. ¿Cómo cuáles? Por ejemplo, la opresión de los músculos por el aumento de peso, la acumulación de líquidos y la circulación sanguínea lenta, entre otros.
Los calambres durante el embarazo se pueden prevenir. A continuación te damos algunas recomendaciones para que lo logres. En el caso que te incomoden demasiado, díselo a tu médico para que te brinde otras soluciones.
BAÑO RELAJANTE. Antes de acostarte, báñate con agua tibia y masajea tus piernas suavemente para activar la circulación de la sangre. El embarazo hace que aumentes de peso, eso implica mayor presión en tus extremidades inferiores.
PRACTICA EJERCICIO. Todos los días realiza actividades físicas, como caminar, nadar o hacer yoga. Antes de hacer cualquier ejercicio consúltale a tu médico si puedes practicarlo con normalidad. Recuerda que cada embarazo es distinto.
MODIFICA TU DIETA. Incluye en tu dieta diaria alimentos ricos en magnesio (verduras de hoja verde oscura, plátano, almendra, frijol y arroz integral), calcio (productos lácteos, brócoli, sardina y nuez) y potasio (espinaca, uva, zanahoria, papa, naranja y toronja).
RUTINA DIARIA. Estira la pierna y flexiona lentamente el tobillo y los dedos del pie en dirección a tu nariz. Mueve el pie en forma circular unos segundos y repite lo mismo con la otra pierna.
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