Vivir con sentido en un mundo que corre. Foto: composición/Istock
Vivir con sentido en un mundo que corre. Foto: composición/Istock

no es ausencia de dolor, es presencia de sentido. No se trata de estar feliz todo el tiempo, sino de sentirnos en paz con lo que vivimos, incluso cuando duele.

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Vivimos en una cultura que nos empuja a producir, a correr, a llenar el vacío con cosas. Pero el bienestar real es sencillo: dormir bien, respirar profundo, comer con conciencia, mover el cuerpo, hablar con quienes nos nutren. También es saber cuándo parar, cuándo soltar y cuándo pedir ayuda.

Bienestar es equilibrio, no exigencia. Y se cultiva en lo pequeño: en el primer sorbo de café, en una caminata lenta, en una conversación honesta. Más que una meta, es una forma de habitar la vida.

Vivir con sentido en un mundo que corre. Foto: Istock
Vivir con sentido en un mundo que corre. Foto: Istock

Elegir el bienestar es también un acto de amor propio, y de resistencia ante un mundo que muchas veces nos quiere desconectados de nosotros mismos.

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