Los perros nos miran como si fuéramos el centro del universo, pero los gatos están conquistando más hogares.
En América Latina, su adopción crece más rápido que la de los perros.
En Perú, los hogares con gatos aumentaron un 59% en un año, frente al 30% de los perros.
Este cambio no es solo práctico (menos espacio, menos supervisión), sino también emocional: aprendimos a respetar y entender a los gatos sin esperar que sean como los perros.
Mientras los perros han pasado de ser guardianes a compañeros de vida, los gatos han encontrado su lugar como miembros plenos de la familia.
Hoy no se trata de elegir entre perro o gato, sino de entender que ambos son parte de nuestras vidas, de nuestra historia.
Ya no los vemos como mascotas, sino como familia. Lo importante no es quién ‘gana’, sino cómo los cuidamos.
¿Tienes un perro o un gato? Ámalo, cuídalo y respétalo.
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