
No todos los que roncan son obesos, pero sí la mayoría de los obesos roncan. A esta conclusión se ha llegado en los últimos años, en los que el ronquido de ser un síntoma molesto ha pasado a ser un factor de riesgo de hipertensión, infarto de miocardio y trombosis cerebral.
Hoy, en el Día de la apnea del sueño, ha aumentado el riesgo cardiovascular; según las estadísticas, el 70% de obesos son roncadores.
La úvula, la lengua, la parte posterior de la garganta y el paladar blando se encuentran en una zona llamada encrucijada orofaríngea. Esta área es fácilmente colapsable y, cuando estas estructuras entran en contacto y vibran durante la respiración, se producen los ronquidos.
A esto se suma otro factor: en personas con obesidad y mayor acumulación de grasa abdominal, la capacidad ventilatoria del tórax disminuye.

Durante el sueño, la persona con obesidad tiende a abrir la boca para ventilar mejor, lo que hace que ronque más de lo habitual. Además, debido a su mayor volumen corporal, suele dormir boca arriba con más frecuencia. El esfuerzo continuo al roncar puede provocar que la vía respiratoria se obstruya momentáneamente, interrumpiendo la ventilación por unos segundos; a esto se le conoce como apnea del sueño.
Pero, ¿por qué preocupa la apnea del sueño? Muy sencillo: cuando el paciente ronca y deja de respirar, el cerebro no recibe oxígeno adecuadamente durante esos segundos. Hay personas que dejan de respirar 10 veces por hora, lo que se considera un problema leve; quienes lo hacen alrededor de 20 veces tienen un cuadro moderado, y más de 30 episodios por hora se consideran severos. En casos extremos, algunos pacientes pueden dejar de respirar hasta 100 veces en una sola hora de sueño.
FACTORES QUE FAVORECEN LOS RONQUIDOS:
- Desviaciones del tabique nasal.
- Hipertrofia de amígdalas o adenoides.
- Paladar blando y/o úvula grandes.
- Obstrucción nasal.
- Obesidad o sobrepeso.
- Consumo de tabaco y/o alcohol.
El ronquido altera el patrón del sueño y priva al roncador de un descanso adecuado. Estudios recientes han reforzado teorías que vinculan los ronquidos con enfermedades cardiovasculares. Todos hemos roncado en algún momento, pero esto es más frecuente en personas con sobrepeso.
Se estima que alrededor del 40% de los hombres y el 24% de las mujeres son ‘roncadores habituales’. Durante años, los científicos han advertido sobre la relación entre roncar y problemas cardiovasculares, como ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares.
En la actualidad, la Oficina de Patentes de Estados Unidos registra más de 300 dispositivos para disminuir los ronquidos. Muchos se basan en la famosa ‘pelota en la espalda’ de la prenda de dormir, diseñada para evitar que el roncador duerma boca arriba. También existen tiras para barbilla y cabeza, collares, prótesis bucales y otros accesorios orientados a mejorar la respiración y reducir los ronquidos.
RECOMENDACIONES PARA DISMINUIR LOS RONQUIDOS
Existen muchas ayudas para los roncadores, la mayoría son soluciones caseras. Sin embargo, cuando se trata de personas con sobrepeso u obesidad, la recomendación principal es clara: bajar de peso.
- Evitar la vida sedentaria.
- Evitar uso de tranquilizantes y antihistamínicos antes de acostarse.
- No consumir alcohol y comidas muy grasosas tres horas antes de acostarse.
- Evitar el cansancio excesivo y mantener patrones de sueño regulares.
- Dormir de costado.
- Colocar la cama inclinada, levantando la cabecera.
- Procurar que la persona no roncadora se duerma antes.
Estas medidas pueden ayudar a disminuir los ronquidos; sin embargo, el ronquido no está completamente bajo el control de la persona. Aunque muchos de los dispositivos disponibles resultan útiles, suelen lograrlo provocando que el roncador se despierte.










