Tú solo comer ciertas cosas, el, de todo; tú quieres perder peso, él solo piensa en pizzas y hamburguesas... ¿Cómo evitar que estas diferencias arruinen el romance? Creando un sistema de apoyo. Aquí, cómo lograrlo.
* Abran los oídos, no la boca. Escuchen los problemas y puntos de vista que cada uno de los dos tiene con respecto a la alimentación, sin tardar de modificarlos. Comunicarse y respetar las diferencias es clave.
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* Sincronícense. Conozcan sus respectivos propósitos y respáldense para lograrlo. Si él está tratando de bajar de peso, en lugar de llevar a casa alimentos prohibidos, cómelos en la calle y aprovecha cualquier oportunidad que tengas para elogiar sus progresos en público o en privado.
* Compartan. Si deciden comer fuera, compartan los platos. En los restaurantes las porciones suelen ser muy grandes, y si las comparten lograrán dos cosas: comerán menos y ahorrarán dinero.
* Ejercítense juntos. Diversos estudios han demostrado que las parejas que van al gimnasio o se ejercitan juntas tienen más éxito manteniendo su peso... y también su matrimonio.
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