![](https://trome.com/resizer/v2/OCKA2BK6RVEVVJIVEG4BD6VU3I.png?auth=22904c8f752e233bce9b566d6eafdb2571e87b5914d43a80790fc06714a20eb5&width=1600&quality=75&smart=true)
Una mala alimentación de tu hijo podría pasarle la factura en cuanto crezca, pues los niños obesos tienen más riesgos de sufrir de diabetes y padecer complicaciones renales y oculares a edades tempranas.
Especialistas de la Estrategia Sanitaria de Enfermedades No Transmisibles del Minsa explicaron que el sobrepeso y la obesidad son consecuencias de un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan.
Una alimentación rica en grasas saturadas, azúcares y carbohidratos es la principal causa del aumento de peso.
Por eso, es aconsejable que los progenitores incluyan en la dieta de sus hijos frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Esto acompañado de actividades físicas (caminatas, natación, bicicleta o incluso baile) por un tiempo aproximado de 30 minutos diarios, para reducir el riesgo de diabetes y problemas cardiovasculares.