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La poca presencialidad en los colegios debido a la pandemia generó un impacto negativo en los niños, quienes evidencian dificultades en los procesos de aprendizaje. El 8 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Dislexia, Javier Arroyo, experto en educación de Smartick, brinda información sobre este trastorno que afecta la lectura y escritura.
La dislexia provoca que la persona confunda o altere el orden de letras, sílabas o palabras y se puede presentar hasta en menores con niveles normales de inteligencia y visión. “Se detecta en escolares entre el primer y tercer grado de primaria y, de cada 100 niños atendidos con problemas de aprendizaje, el 15% presenta dislexia”, afirma el experto.
La terapeuta de aprendizaje, Helga Solís, menciona que una de las señales más importantes es la dificultad para escribir y diferenciar las consonantes “b” o “d”, sustituyendo una por otra al leer o escribir.
Asimismo, puede cambiar las palabras como “palta” por “plata”. Por otro lado, puede haber dificultad para distinguir la izquierda de la derecha, hiperactividad, distracción frecuente, etc.
También existe dificultad para controlar el tiempo y entender las matemáticas. Los expertos aseguran que, los que sufren de dislexia deben hacer uso de sus dedos u otros trucos para las matemáticas. De igual forma, les cuesta manejarse con el dinero.
En el plano conductual, los niños y niñas con dislexia suelen ser más inhibidos y no hacen caso o intentan llamar la atención. En estos casos, se debe evitar etiquetar al menor como “niño problema” y buscar ayuda médica especializada.
Respecto al tratamiento, la experta aconseja que el paciente sea evaluado, para luego iniciar con terapias de lectura, terapia física, psicomotricidad y un psicólogo para el abordaje emocional.
Por ejemplo, se puede iniciar una terapia que podría tener un tiempo de ocho sesiones. El progreso se va a dar de acuerdo a la continuidad. Recuerde que no se debe confundir la dislexia con un retraso lector, en este último se observa lentitud o falta de comprensión al leer.
Si no se trata a tiempo, en la adultez habrá mala pronunciación o deletreos y dificultad para memorizar. Existen dos tipos de dislexia: la adquisitiva y la evolutiva. La primera aparece a causa de una lesión cerebral concreta. Y, la segunda, No hay una lesión cerebral concreta que la haya producido. Es la más frecuente en el ámbito escolar.
Es común que los niños más pequeños con dislexia presenten complicaciones al conocer su propio cuerpo. Una buena idea para hacerlo es ir mostrando en dibujos las partes del cuerpo, para que el niño sea capaz de asociarlas a etiquetas en las que estén escritos los nombres de cada una.
La forma correcta de leerle a un niño con dislexia consiste en irle narrando paso a paso lo que va sucediendo en la trama mientras le hacemos preguntas acerca de lo que él cree que puede ocurrir a continuación. La finalidad es que el infante vaya dejando atrás el miedo que siente por leer y se involucre más activamente.
Ayudarlos a rimar palabras es una forma de que vayan haciendo asociaciones propias entre los significados de diferentes términos. Podrías pedirle que use palabras conocidas para él e intente hacer rimas con algunas nuevas palabras que le vayas dando por escrito.
Los niños con dislexia pueden desarrollar habilidades importantes, como expresiones artísticas, plásticas y musicales, como lo han hecho reconocidos personajes a lo largo de nuestra historia.
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