
¿Han escuchado que cuando damos descanso a nuestros órganos de la digestión —como el estómago, esófago, duodeno, yeyuno, íleon y colon— nos sentimos mucho mejor?
Esto se debe a que, muchas veces, almorzamos o cenamos de manera inadecuada o desordenada, especialmente en la calle, donde consumimos grandes cantidades de sodio, azúcar y carbohidratos refinados.
Estos alimentos proporcionan energía mental rápida, pero también alimentan a colonias de flora bacteriana perjudicial, que producen grandes volúmenes de gases. Esto tensa las asas intestinales y provoca ruidos abdominales, dolor tipo cólico y eliminación constante de gases.
Definitivamente, los días de alimentación sana —sin sodio, azúcar, lácteos, refinados ni grasas saturadas— se sienten mucho mejor, pero para ello es necesario organizarnos.

Por otro lado, se puede aprovechar el descanso digestivo o ‘ayuno’ para pasar un día más tranquilo después de un fin de semana de comida copiosa y poco saludable.
Por ejemplo, si durante el sábado y domingo hemos comido de manera desordenada, podemos iniciar el lunes con infusiones sin azúcar durante todo el día.
Luego, el martes en la hora del almuerzo, regresar a una dieta basada en vegetales, proteínas y líquidos.
Este tipo de práctica no solo ayuda a sentirnos mejor, sino que también contribuye a ordenar nuestro colon y facilitar la eliminación de desechos.
Eso sí, es importante recordar que el ayuno de 24 a 36 horas no debe ser constante; lo ideal es mantener una ingesta diaria balanceada y saludable.









