La mejor forma de iniciar el día con mucha energía es tomando un buen y contundente ; sin embargo, no siempre los alimentos elegidos o las combinaciones son adecuadas, haciendo que este deje de ser saludable y aporte muchas calorías a la dieta diaria.

Ingerir alimentos ricos en nutrientes en las primeras horas del día es vital para disminuir la ansiedad de más comida hasta que llegue el almuerzo o snack de media mañana y por más que un bowl con cereales de chocolate resulte tentador, la verdad es que está lleno de azúcar y ya no es una opción equilibrada.

Un grave error es saltarse el desayuno o solo consumir un café con galletas creyendo que eso bastará o con la excusa de la falta de tiempo. Lo mejor es buscar opciones con proteína, grasas, carbohidratos y tomarse el tiempo necesario para comerlo con calma. Aquí te dejamos algunas opciones equivocadas que hacen que esta comida no sea 100% saludable.

Tomar solo café o té

El elegir una bebida caliente con un par de galletas no cumple con lo recomendado por los expertos en salud y nutrición. Ellos indican que el desayuno debe aportar 500 calorías y optando por solo café o té no tendrás los nutrientes necesarios para activar las principales funciones del organismo.

Al ser una comida tan escasa tendrás más sensación de hambre en las siguientes horas.

No incorporar una proteína

Las proteínas son nutrientes esenciales para la formación de masa magra. Ingerirlas en el desayuno aumenta la sensación de saciedad.

Una tortilla de verduras con pan integral, avena con yogur y frutas o tostadas integrales con mantequilla de frutos secos, plátano y chía son grandes opciones.

No saber elegir hidratos de carbono

Estos se dividen en simples y complejos. Los primeros se encuentran en alimentos como el azúcar, las harinas blancas y algunos lácteos. Los otros están en frutos secos, cereales integrales y vegetales verdes.

Estos aportan fibra, aminoácidos y vitaminas y lo mejor es elegir carbohidratos complejos en la primera comida del día.

Un desayuno rico en carbohidratos simples es más fácil de digerir y volverás a tener hambre en poco tiempo, es decir, si consumes mucho azúcar, tendrás ganas de comer de nuevo en una hora o dos.

Ingerir poco líquido

Al levantarte, el cuerpo pierde una gran cantidad de líquido y sales minerales en la orina, por eso es importante la hidratación en las mañanas. En el desayuno debe haber alguna bebida natural como un zumo, una taza de té o agua pura.

No incluir vegetales o fruta

Según la OMS, toda persona debe ingerir por lo menos 400 g de vegetales y frutas al día y el desayuno es un gran momento para incorporarlos. Por ese motivo, debería haber, al menos, una pieza de frutas y verduras al natural o para acompañar los granos integrales, frutos secos o yogur.

Obviar la grasa

Muchos tienen la idea de que la grasa es mala o engorda. Los alimentos altos en grasa deberían ser parte de tu dieta, al igual de los carbohidratos y proteínas, pero debes saber elegirlos.

Mantequillas de frutos secos, semillas, aguacate o yogur son opciones saludables que mantendrán el estómago saciado.

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